España ha sido uno de los países afectados por la estrategia fiscal de Apple en Europa, consistente en “desviar” (mediante facturación) los ingresos de sus filiales europeas a la residente en Irlanda, donde la tributación en materia tecnológica es bastante más reducida que en el resto del continente. Y es que la “compañía de la manzana” ha dado pérdidas en tres de los últimos siete años en nuestro país, algo que no parece demasiado normal teniendo en cuenta el índice de penetración de los dispositivos de Apple en España (prueba de ello son los 304 millones de euros que generó el gigante estadounidense en este país en 2015).
Ante este escenario, Luis de Guindos, Ministro de Economía en funciones, ha exigido más información sobre “el caso Apple” a fin de estimar los ingresos que perdió España por el desvío de beneficios hacia Irlanda. Los primeros datos al respecto hablan de un flujo de 232 millones hacia el país celta solo durante el año 2015. No es descartable que España reclame parte de los tributos que dejó de percibir.
La Unión Europea, por su parte, busca que esta situación no vuelva a repetirse y que la multinacionales paguen sus impuestos en aquellos países donde obtienen beneficios con su actividad. Habrá que ver cómo evoluciona judicialmente el caso y qué medidas toma Bruselas al respecto.